segunda-feira, janeiro 11, 2010

Rumiando sobre el divorcio

.

La base de la sociedad no es el individuo, sino la familia. Los gobiernos se han hartado en estas últimas décadas de dinamitar la familia con leyes permisivas del divorcio, con penalizaciones económicas a la familia, con no favorecer fiscalmente a las familias numerosas, con suprimir el derecho de reunificación de familias por motivos laborales, etc, etc.

La situación actual, donde los gobiernos dinamitan en la base –en la familia- a la misma sociedad en la que se estriban y apoyan no tiene parangón histórico. Es, simplemente, un suicidio en toda regla alentado por todos los áulicos del Enemigo.

El epítome moderno es la consideración económica. Ahora nos dicen que el divorcio es caro, que las familias monoparentales ocasionan mucho gasto al Estado. ¡Para este viaje no se necesitaban estas alforjas! Pero no paran mientes en ello. En todo caso, si el divorcio ocasiona tantos males, ¿por qué legislarlo de un modo tan permisivo? Pero no paran mientes ahí. Su actitud es perversa: prefieren el aborto al parto porque es más caro este último. O eso dicen las aseguradoras médicas norteamericanas. Es odio a la vida: es odio al futuro.

En otro orden de cosas se acusa a la Iglesia de varios latrocinios tan infundados como exitosos. Entre ellos que el que tiene dinero consigue la anulación y el que no lo tiene, no. El Matrimonio católico es indisoluble, por más que les pese a algunos. El problema, el verdadero problema, es que hoy día hay muchas bodas y pocos Matrimonios. Espero que el Padre Gómez Jaubert, autorizada voz en estas lides, deshaga estos mitos y nos ayude a desfacer el entuerto.

La sociedad civil, pervertida por los gobiernos, sí está sufriendo un proceso de divorcio profundo.

De divorcio de la realidad.

.

Rafael Castela Santos

0 comentários: