segunda-feira, junho 30, 2008

Rezando, sin tregua, sin pausa

JSarto nos invitaba a rezar por un motivo noble: la solución canónica a la situación de la Hermandad de San Pío X. Hay mucho más en juego en ello de lo que pudiera parecer a primera vista.
Creo que Monseñor Williamson se equivoca gravemente. Se equivoca porque cree que la Hermandad de San Pío X tendrá que aceptar el Vaticano II. Si esos fueran los términos (o condiciones) que Roma impusiera a la Hermandad, entonces sí que sería mejor no entrar en ningún tipo de negociaciones. Pero resulta que no son esos.
Pongo un caso. Se pide a la Hermandad que no critique a la persona del Santo Padre, pero no dice que no critique al Santo Padre si el Santo Padre sigue enredando (sí, lamentablemente) con asuntos de diálogo interreligioso o ecumenismo o que no ponga a parir a cierto Obispo canario y a cierto Sacerdot@ por organizar (o permitir organizar) una celebración “católica” en una iglesia católica a favor del del “orgullo gay”, como ha acontecido recientemente en esa parte de las Españas. ¿Es que acaso algún sensato se atrevería a proponer entrar en un sitio para que le amordazasen? Si la Roma oficial espera que nos mantengamos callados, es mejor que esperen sentados, no siendo que de pie se cansen. Lo que se nos pide, se nos exige, es que seamos respetuosos en el tono y alusiones personales respecto al Santo Padre, cosa que –empezando por mí mismo- a veces no hemos sido.
Se me ha criticado durísimamente por un anterior post mío sobre este tema y mi correo electrónico está inundado. Debo decir que, admirador acérrimo que soy de Quevedo y no estando vinculado en modo alguno a la Hermandad de San Pío X, pero defendiendo a la Hermandad en su trayectoria –porque sin ellos la Tradición hubiera devenido en algo absolutamente residual- me permití escribirlo en un tono retóricamente “quevediano” que no ha sido comprendido por muchos. El tono era una licencia retórica, nada más; un espoleo en un momento grave. Poco importa ya. De entre las críticas que he recibido, una sensata y cabal, porque cabal es el cerebro y el corazón del hombre que la escribe, Dom Lourenço Fleichman, aquí dejo el enlace. Evidentemente discrepo de Dom Lourenço Fleichman, OSB, pero eso no quiere decir que no le tenga en el mejor y más alto de los aprecios, así como que me reconozco unido a él en el mejor deseo en defensa de la Tradición.
Lo que sí importa es que Roma está harta de la actitud de Monseñor Fellay y que Monseñor Fellay pudiera encontrarse confrontado con un cuerpo de evidencia de sus contradicciones e incoherencias en breve. Será, sin duda, harto doloroso para Monseñor Fellay. Va a sufrir su defectuoso manejo de esta situación como muchos otros de la Hermandad van a pagar caro la mesmerización a que en los últimos días Monseñor Fellay ha sometido a algunos Obispos, Superiores, allegados, primos, tíos y demás familia.
Ciertamente que hay un elemento de política en todo esto pero esto poco me interesa. Lo peor es la torpeza y aquí enlazo con las tesis de Castellani sobre los deberes y cualidades del Superior (en honor a la verdad, la situación actual es francamente difícil, aunque no imposible). Y lo peor de todo es la actitud. Una actitud que no es romana, sino de querer montar el chiringuito aparte. No digo que sea intencionalmente, posiblemente incluso no lo sea (es más, estoy absolutamente convencido del atenuante de inconsciencia y de genuino deseo de defensa de la Fe que hay en todo esto). Pero esto es casi peor, pues denota una actitud de fondo. Aquí, me temo, no hay boliche aparte. De nuevo, mucha culpa tiene la Roma oficial, que no ha hecho más que sacudir a la Tradición durante lustros y ahora Roma se queja ... ¿de que gato escaldado del agua fría huye?
Algunos van a sufrir en sus propias carnes el bochinche de todas estas últimas semanas y meses. La fanfarronería de Monseñor Williamson creyendo que ahora Roma se va a estar quieta, que no va a pasar nada, puede ser letal para él. Supuesto, y esto es una opinión puramente personal, que pudiera estar compartido por Monseñor Fellay. Roma va a sacudir. A troche y moche. Va a dar estopa a base de bien y corremos el riesgo de que por las fanfarronerías de unos pocos paguen muchos inocentes. Y Roma aquí cometería un gravísimo error, que sería el de castigar a inocentes por castigar a unos pocos.
Dios dirá.
Yo sólo espero que Roma tenga la decencia de dejar siempre una avenida honrosa y generosa para solucionar un problema que no es el de Fellay, ni el de los otros Monseñores (Richard Williamson, Alfonso de Galarreta y Tissier de Mallerais). Es un asunto que involucra a cientos de Sacerdotes y docenas y docenas de miles de fieles.
Se ha dicho algo con mucha sensatez en una de las cajetillas de comentarios de A Casa de Sarto, concretamente que Roma no necesita la Hermandad de San Pío X, sino la Tradición. Nada más cierto. Lo único que pasa es que el buque insignia de la Tradición es, precisamente, la Hermandad de San Pío X. Ahí es nada. Ahora bien, para poner las cosas en claro: la Hermandad no es la Tradición ni la Tradición la Hermandad. La Tradición es más grande que la Hermandad. Afortunadamente, claro.
La ironía de todo esto es que nada menos que el Patriarca de Constantinopla estuvo de un modo admirablemente respetuoso nada menos que en Roma nada menos que en la Fiesta de San Pedro y San Pablo. ¿Un signo de acatación del Primado de Pedro, del Papa, sobre los Patriarcados de la Iglesia Ortodoxa? Con comunión de rodillas y sin darla en la mano.
Luego dicen que las circunstancias son iguales que con Juan Pablo II y Pablo VI. Algunos, verdaderamente, se empeñan en negar lo obvio.
¿Creen que las cosas serán iguales con otro Papa? Yo, personalmente, viendo cómo va el mundo, lo dudo. Nos aproximamos hacia el Juicio de las Naciones, hacia el Anticristo, a toda velocidad y convendría preguntarse dónde debemos y dónde tenemos que estar en estos momentos que se avecinan.
Dentro de poco habrá más. Roma en esta ocasión sí va a responder porque este Papa ha hecho algunas cosas erróneas, pero tiene la mejor disposición posible a la Tradición y no es pusilánime como hombre de Fe íntegra que es. El Santo Padre es, además, enormemente celoso de la Sede de Pedro y va a ejercer su autoridad digan lo contrario Agamenón o su porquero, Fellay o Williamson. El guantazo del bávaro –si es que no se evita in extremis- va a doler a más de uno.
Me temo que el “wait and see” and “don’t panic until the last minute” no va a funcionar en esta ocasión, Don Ricardo.
Wait and see, Your Lordship, wait and see …

CODA (para estómagos fuertes y del que se prohíben las siguientes raleas):
Y ahora, sin que tenga nada que ver con todo lo anterior más allá de la mera y casual coincidencia, permitan a este pobre pecador empedernido, católico recalcitrante, carlista redomado (sí, “Chanza”, sí … aunque vayas por ahí acusándome de “azul mahón” y no sé qué otras cosas), algo anticlerical, acérrimo de Quevedo y del Padre Castellani, un chiste verde.
Advierto ahora a estreñidos mentales, miembros de cualesquiera tribu jansenista, calvinistas protestantes y/o neocalvinistas pseudocatólicos, comemierdas con y sin sotana, alfonsinos pro-globalización, meapilas beaturrones, tuercebotas de protocolos casposos, adictos a la prensa rosa, gabachos de “excellent milieu”, modernistas (¡sobre todo esto, la madre que los parió! – madre que, dicen, ejercía un viejo oficio), liberales eclesiásticos y no eclesiásticos, peperos, conservadores burgueses y aburguesados bienpensantes, teólogos de la liberación, socialdemócratas de todo cuño y demás gentes de mal vivir, amén de los castos de oídos, que dejen de leer aquí ahora mismo so pena de escandalizarse. Quien advierte no es traidor.
Dicen que el tonto de Jaimito estaba un día completamente entregado al vicio onanista y con un bote de seven-up en la mano cuando súbitamente en medio de su autoerótica actividad exclamó: “¡Esto es vida … champán y mujeres!”.
¡Huy, qué coincidencia!
Entretanto, por favor, por amor de Dios, por amor de la Santa Madre Iglesia, recemos.

Rafael Castela Santos

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